El impacto del consumo digital en la salud emocional

En la actualidad, el uso de redes sociales en México ha alcanzado cifras alarmantes, con el 70.7% de la población utilizando estas plataformas a diario. Los jóvenes, por su parte, pasan un promedio de 3 horas y 12 minutos frente a pantallas, lo que plantea un escenario preocupante en términos de salud emocional y bienestar.

El marketing digital y la química cerebral

Un reciente informe de DataReportal y We Are Social (2025) revela que el marketing digital contemporáneo va más allá de la venta de productos o experiencias; ahora se enfoca en vender química cerebral. Los contenidos diseñados para estimular el sistema de recompensa del cerebro, generando estímulos dopaminérgicos, están teniendo efectos adversos en la salud emocional de los usuarios.

Impacto en la regulación emocional

Daniel Carles, profesor de Broward International University (BIU), advierte que la economía de la atención basada en recompensas inmediatas está afectando negativamente la capacidad de regulación emocional de las personas. La constante exposición a estímulos digitales está generando dificultades para mantener la concentración, incrementando los niveles de ansiedad y debilitando las relaciones interpersonales.

La importancia de la atención y los vínculos emocionales

Estudios recientes señalan que la capacidad de atención frente a una pantalla ha disminuido significativamente en los últimos años, lo que impacta no solo en el desempeño académico y laboral, sino también en la construcción de vínculos y la empatía. La biología del vínculo emocional requiere interacciones multisensoriales y sostenidas, algo que se ve comprometido en un entorno digital que premia la inmediatez.

Rehumanizar el marketing digital

Ante este panorama, es fundamental replantear el rol del marketing digital y su impacto en la sociedad. BIU propone rediseñar plataformas con principios de neurociencia afectiva, medir la calidad del vínculo con el consumidor más allá de métricas tradicionales y fomentar espacios digitales donde se valore la desconexión y la pausa emocional. Marcas como Headspace o Patagonia están optando por estrategias más éticas y empáticas, construyendo relaciones duraderas sin recurrir a la manipulación.

En resumen, es necesario reflexionar sobre cómo el consumo digital está moldeando nuestra forma de sentir y relacionarnos, y tomar medidas para rehumanizar el marketing y promover el bienestar emocional en un entorno cada vez más digitalizado.

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